martes, 10 de enero de 2012

capítulo 4: ¿qué importa el dónde?


Al día siguiente, Marta apareció en el hospital a la hora de la comida cargada como una mula y roja como un tomate, parecía que fuese a estallar. Llevaba el portátil en una maletita, una bolsa de cartón, su bolso negro de tachuelas, el abrigo, la bufanda y una bolsa de plástico con lo que supuse, sería su comida.
-         - Ah puf- Dijo respirando hondo para no caerse redonda al suelo- los ascensores… los ascensores, estaban ocupados- dijo dejándose caer en el butacón de la habitación.
-         - ¡Pero Marta! Es la quinta planta y vienes cargadísima de cosas, ¿cómo se te ocurre subir andando? Podías haber esperado.
-         - Ya pero, pero pero llegaba tarde!-
-         - Anda, respira hondo y después me lo cuentas. – Qué cosas tenía Marta, serían cosas de la edad, pero siempre me sacaba una sonrisa.
Fue recuperando el aliento poco a poco y me fue contando su semana de clases, trabajo etc. Pero la noté un poco rara, había algo que le preocupaba, algo no iba bien.
-        -  Marta, ¿estás bien?
-      -    Si, si, no te preocupes, todo está bien.
-        - Marta, en serio, no sé si es contigo o con quién, pero algo pasa, y te preocupa.
-       -   Sí pero es una tontería, ya sabes que le doy muchas vueltas a todo pero se pasará rápido.
-      - Marta, siempre que puedes vienes a verme, estás aquí cuando más lo necesito y eso me ayuda mucho. Pues yo también quiero ayudarte a ti ¿Qué es lo que te pasa?
-      -    Mira, no es algo que yo… deba contarte, es muy delicado y bastante tienes ya…
-       -   Ya sabes que me queda poco tiempo de estar en el hospital y… ¿es por Álvaro, verdad?
-      -    La verdad es que sí, es por él pero ya te digo que no soy la más indicada para decírtelo porque ni siquiera estoy segura de que sea cierto…
-        -  Entiendo pero… ¿es que crees que está con otra?
-     -     Enma, de verdad que no lo sé, así que será mejor que dejemos el tema, ¿vale? ¡Que te he traído un peliculón para esta tarde!
-    -  Está bien, por hoy me conformo pero la próxima vez que vengas ya puedes estar bien informada porque tendrás que contarme absolutamente todo lo que sepas, ¿queda clarito?
-       -   Si mi general- Dijo poniéndose muy derecha con una mano en la cabeza y las dos nos echamos a reír.
La verdad es que era genial que viniera a visitarme, siempre hacíamos cosas divertidas a pesar de estar en el hospital, parecía increíble poder pasarlo tan bien allí. Y como tenía tanto tiempo para pensar en el hospital llegué a la conclusión de que no importa el dónde, el cuándo o el qué, sino que lo más importante es el “con quién”.
-¿Cómo está la reina de la planta? Hola Marta- Alicia hizo su aparición en aquel mismo instante para llevarme la comida – Ya puedes comértelo todo, que los enfermos de tu planta se vuelven locos al verte pero creen que estás “demasiado flacucha”- Las tres nos echamos a reír.
- Tranquila, me encargaré personalmente de que se lo coma todo pararé la peli- Dijo Marta mirándome de reojo para que me diera por amenazada.
-Qué peli vais a ver?
- Aún no me lo ha dicho, lo único que no para de repetir es que es un peliculón.
-          ¡Es que es un peliculón! No es muy conocida y al principio puede parecer una americanada muy típica pero os aseguro que… que es un peliculón- risas y más risas, esa era la mejor medicina que nadie me podía dar.- Se llama “Cartas a Julieta”-
-          Bueno, pues parece que lo pasaréis bien, ya me lo contaréis porque tenemos chicos nuevo en al panta y parece que va a tirar mucho de nuestro tiempo. A todo esto, Enma, el Señor Tilman se quejaba esta mañana de que hace mucho que no le haces una visita y no te vendría mal dar un paseo después de comer que la rehabilitación no va a hacer milagros si tú no haces por andar. ¿Okei?- dijo saliendo de la habitación.
-          Okei Alicia. – Bueno, veamos que tenemos para comer... judías- dije con desgana cuando levanté la tapa de plástico duro que guardaba el calor de mi comida. ¿Tú qué tienes?
-          Siento darte envidia pero yo tengo ¡jamón serrano!-
Marta puso la peli en su ordenador y las dos fuimos comiendo mientras la veíamos. La verdad es que era preciosa, dos prometidos se van de viaje a Verona, la ciudad del amor, la ciudad de Romeo y Julieta, pero en vez de un viaje de novios parece más de negocios para él. Ella encuentra allí a las secretarias de Julieta y vive una historia apasionante en la que descubrirá que su prometido no es su media naranja.


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