miércoles, 24 de agosto de 2011

El gusto de las caracolas

Háblame del sonido de las olas, del gusto de las caracolas, háblame del tacto de los besos, y de cómo se ven las caricias.

Cuéntame que se siente cuando amas a alguien, dime si es cierto eso que dicen, que despiertas cada mañana y duermes pensando en la razón de tu sonrisa: él.

Háblame de él, háblame de ti, háblame de los momentos que compartís, si es cierto que sois parte de un todo, si es cierto que con solo un silencio todo os lo podéis decir.

Te hablaré del sonido de las olas, del gusto de las caracolas, del tacto de los besos y de cómo se ven las caricias. No todos sentimos igual, depende de con quién compartas los besos, las caricias, los momentos…  pues todos ellos son buenos sólo si comparten corazón. Al igual que una ola o una caracola no se oyen o se degustan igual si lo sientes en compañía que si lo sientes en soledad.

En una ocasión me pediste que te hablara del amor, pues bien, éste es como el mar, se ve el principio pero no el final. También es cierto que el mar es largo, muy profundo y como tal, te puedes ahogar, nunca sabes que hay bajo tus pies, si tienes a alguien que te da la mano al nadar o si te flaquean las fuerzas te vas ahogar.

Más por esto que te cuento no debes temer, el mar es precioso, te envuelve, te mece, deleita a tu oído con su sonido, regala caracolas que alegran tu mañana y arena mojada que acaricia los dedos de tus pies. Bien cierto es que te puedes dañar si descubres que no sabes nadar pero, ¿se te ocurre mejor manera de comprobarlo que empezar la aventura ya?