Al día siguiente, Marta apareció en el hospital a
la hora de la comida cargada como una mula y roja como un tomate, parecía que
fuese a estallar. Llevaba el portátil en una maletita, una bolsa de cartón, su
bolso negro de tachuelas, el abrigo, la bufanda y una bolsa de plástico con lo
que supuse, sería su comida.
- - Ah puf- Dijo respirando hondo para no caerse redonda al suelo- los ascensores… los ascensores, estaban
ocupados- dijo dejándose caer en el butacón de la habitación.
- - ¡Pero Marta! Es la quinta planta y vienes
cargadísima de cosas, ¿cómo se te ocurre subir andando? Podías haber esperado.
- - Ya pero, pero pero llegaba tarde!-
- - Anda, respira hondo y después me lo cuentas. – Qué cosas tenía Marta, serían cosas de la
edad, pero siempre me sacaba una sonrisa.
Fue recuperando el aliento poco a poco y me fue
contando su semana de clases, trabajo etc. Pero la noté un poco rara, había
algo que le preocupaba, algo no iba bien.
- - Marta, ¿estás bien?
- - Si, si, no te preocupes, todo está bien.
- - Marta, en serio, no sé si es contigo o con quién,
pero algo pasa, y te preocupa.
- - Sí pero es una tontería, ya sabes que le doy
muchas vueltas a todo pero se pasará rápido.
- - Marta, siempre que puedes vienes a verme, estás
aquí cuando más lo necesito y eso me ayuda mucho. Pues yo también quiero
ayudarte a ti ¿Qué es lo que te pasa?
- - Mira, no es algo que yo… deba contarte, es muy
delicado y bastante tienes ya…
- - Ya sabes que me queda poco tiempo de estar en el
hospital y… ¿es por Álvaro, verdad?
- - La verdad es que sí, es por él pero ya te digo que
no soy la más indicada para decírtelo porque ni siquiera estoy segura de que
sea cierto…
- - Entiendo pero… ¿es que crees que está con otra?
- - Enma, de verdad que no lo sé, así que será mejor
que dejemos el tema, ¿vale? ¡Que te he traído un peliculón para esta tarde!
- - Está bien, por hoy me conformo pero la próxima vez
que vengas ya puedes estar bien informada porque tendrás que contarme
absolutamente todo lo que sepas, ¿queda clarito?
- - Si mi general- Dijo poniéndose muy derecha con una
mano en la cabeza y las dos nos echamos a reír.
La verdad es que era genial que viniera a
visitarme, siempre hacíamos cosas divertidas a pesar de estar en el hospital,
parecía increíble poder pasarlo tan bien allí. Y como tenía tanto tiempo para
pensar en el hospital llegué a la conclusión de que no importa el dónde, el
cuándo o el qué, sino que lo más importante es el “con quién”.
-¿Cómo
está la reina de la planta? Hola
Marta- Alicia hizo su aparición en aquel mismo instante para llevarme la comida
– Ya puedes comértelo todo, que los
enfermos de tu planta se vuelven locos al verte pero creen que estás “demasiado
flacucha”- Las tres nos echamos a reír.
- Tranquila,
me encargaré personalmente de que se lo coma todo pararé la peli- Dijo Marta
mirándome de reojo para que me diera por amenazada.
-Qué peli
vais a ver?
- Aún no
me lo ha dicho, lo único que no para de repetir es que es un peliculón.
-
¡Es que es un peliculón! No es muy conocida y al
principio puede parecer una americanada muy típica pero os aseguro que… que es
un peliculón- risas y más risas,
esa era la mejor medicina que nadie me podía dar.- Se llama “Cartas a Julieta”-
-
Bueno, pues parece que lo pasaréis bien, ya me lo
contaréis porque tenemos chicos nuevo en al panta y parece que va a tirar mucho
de nuestro tiempo. A todo esto, Enma, el Señor Tilman se quejaba esta mañana de
que hace mucho que no le haces una visita y no te vendría mal dar un paseo
después de comer que la rehabilitación no va a hacer milagros si tú no haces
por andar. ¿Okei?- dijo saliendo
de la habitación.
-
Okei Alicia. – Bueno, veamos que tenemos para
comer... judías- dije con desgana
cuando levanté la tapa de plástico duro que guardaba el calor de mi comida. ¿Tú qué tienes?
-
Siento darte envidia pero yo tengo ¡jamón serrano!-
Marta puso la peli en su ordenador y
las dos fuimos comiendo mientras la veíamos. La verdad es que era preciosa, dos
prometidos se van de viaje a Verona, la ciudad del amor, la ciudad de Romeo y
Julieta, pero en vez de un viaje de novios parece más de negocios para él. Ella
encuentra allí a las secretarias de Julieta y vive una historia apasionante en
la que descubrirá que su prometido no es su media naranja.
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